• Fecha de la última modificación: 4 de octubre de 2017
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Complicaciones de la vejiga neurógena

Autor: Dr Manuel Bea. 

Fecha de edición: enero, 2017

Las complicaciones son las enfermedades y problemas de salud que se producen si la vejiga neurógena funciona mal. Seguro que recordaréis que hasta hace pocos años la causa más frecuente de muerte en los lesionados medulares ha sido el daño en el riñón por una vejiga neurógena descontrolada. Los cuidados actuales de la vejiga neurógena, tanto los tratamientos como las revisiones periódicas hacen que el daño renal grave sea mucho menos frecuente. Sin embargo, las complicaciones de la vejiga neurógena siguen siendo la principal causa de enfermedad y de ingreso hospitalario de las personas con lesión medular. Por eso, debemos conocer bien estos problemas y saber cómo evitarlos.

Al final de la sección podréis repasar los mensajes más importantes, las cosas que tenéis que recordar. También podréis repasar vuestros conocimientos con unas preguntas sencillas para poner a prueba lo que habéis aprendido.

¿Cuáles son las complicaciones de la vejiga neurógena?

La vejiga neurógena debe llenarse y vaciarse bien y evitar la incontinencia. Si seguís las recomendaciones de vuestro urólogo y del equipo de Rehabilitación mantendréis un aparato urinario bien cuidado. Si no lo conseguís, la vejiga neurógena os puede dar problemas con frecuencia.

Las principales complicaciones de la vejiga neurógena son:


  • Infecciones de orina.
  • Cálculos urinarios.
  • Reflujo vesicoureteral.
  • Ureterohidronefrosis.
  • Disreflexia autónoma.

¿Qué es una infección de orina?

La infección de orina se produce cuando una bacteria invade el aparato urinario y lo altera. Esta complicación de la vejiga neurógena es la más frecuente y afecta gravemente a la salud. La mayoría de bacterias que provocan infecciones de orina provienen del intestino. La vía por la que penetran estas bacterias en el aparato urinario es la uretra. Por eso, llevar una sonda permanente supone el mayor riesgo para sufrir infecciones de orina. Con la sonda permanente, las bacterias tienen un camino abierto para penetrar hasta la vejiga, crecer y provocar infecciones.

Bacterias rodeando y atacando a la vejiga

Infección de orina

Frente a la sonda permanente, el sondaje intermitente tiene mucho menos riesgo de infección. Otros factores que favorecen las infecciones de orina en las personas con vejiga neurógena son el mal vaciado de la vejiga, los cálculos y el reflujo vesicouretereal, que facilita que la infección llegue hasta el riñón.

Aunque hoy en día los antibióticos controlan bien la mayoría de infecciones de orina, estás siguen siendo un problema grave para la salud. Además de la pérdida de calidad de vida que supone tener infecciones frecuentes, los riesgos para la salud son altos. Por un lado, la infección puede pasar a la sangre y provocar una infección generalizada o sepsis. Por otro, si la infección llega al riñón, provoca cicatrices que afectan a su función y con el tiempo acaban dañándolo.

¿Qué síntomas da la infección de orina y cómo se diagnostica?

En la población general la infección de orina provoca dolor y escozor al orinar. Estos síntomas pueden notarlos algunos lesionados medulares incompletos. En los lesionados medulares completos o con pérdidas de sensibilidad habrá que pensar en infección de orina si presenta:

  • Fiebre: La infección de orina es la causa más frecuente de fiebre en los lesionados medulares.
  • Orina turbia, con abundante sedimento y mal olor.
  • Aumento de espasticidad.
  • Escapes de orina entre sondajes.
  • Escapes de orina alrededor de la sonda en personas con sonda permanente.
  • Malestar general, escalofríos y aumento de sudoración.
  • Crisis de disreflexia autónoma.

El diagnóstico de infección de orina en una persona con lesión medular tampoco es igual que en la población general. En esta, un análisis de orina que muestre bacterias en la orina es suficiente para confirmar la infección.

En las personas con lesión medular, tener bacterias en la orina no significa tener infección.

La manipulación habitual del aparato urinario, los sondajes, la incontinencia y el mal vaciado de la vejiga facilitan la presencia de bacterias en la orina, aunque no exista infección. Para que se considere infección, las bacterias deben crecer y dañar o inflamar el aparato urinario.

Así, en los lesionados medulares se diagnostica infección de orina si cumple tres criterios:

  1. Que la persona tenga síntomas de infección de orina.
  2. Que exista crecimiento de bacterias en la orina.
  3. Que en el análisis de orina aparezcan abundantes glóbulos blancos o leucocitos. Los leucocitos son células de la sangre que responden a las infecciones e indican inflamación del aparato urinario.
Formularios de laboratorio, placa petri y tubo de ensayo con orina

Análisis y cultivo de orina

Es muy importante que recordéis esto e incluso que se lo recordéis a vuestro médico general. Si los médicos que os atienden no conocen estos criterios, pueden interpretar como infección lo que no lo es y prescribiros antibióticos cuando no son necesarios.

¿Cómo se previenen las infecciones de orina?

Evitar por completo las infecciones de orina es muy difícil. Sin embargo, si seguís las siguientes recomendaciones mantendréis un aparato urinario más cuidado y el riesgo de padecer infecciones será menor.

Para evitar las infecciones de orina, debéis:


  • Beber al día unos 2 litros de líquido, sobre todo agua. Si usáis sonda vesical permanente o suprapúbica debéis beber incluso más, hasta 3 o 4 litros. De esta forma, la orina será muy clara, sin sedimento ni posos abundantes.
  • Tener una buena higiene de la zona genital. Lavaros todos los días con agua y jabón. Cambiar la ropa si tenéis un escape de heces o de orina y lavaros lo antes posible.
  • Mantener una vejiga neurógena bien controlada. Para ello debéis seguir las revisiones periódicas con el equipo de Rehabilitación y con el urólogo. Las revisiones pueden incluir análisis de sangre y orina, ecografías, radiografías y estudios urodinámicos.
  • Evitar mientras sea posible la sonda vesical permanente. Si es imprescindible, cambiadla cada mes.
  • Si usáis sonda vesical permanente, suprapúbica o colector, la bolsa de la orina debe mantenerse más baja que la vejiga, para que la orina fluya sin problemas y no retorne a la vejiga. Cuanto menos se manipule la conexión de la sonda con la bolsa, menor es el riesgo de infección.
  • Si usáis sondajes intermitentes, debéis hacerlo de 4 a 6 veces al día, evitando que los sondajes sean mayores de 500 ml. Quien realice el sondaje debe lavarse las manos antes y después.
  • Emplead sondas de un solo uso, hidrofílicas o prelubricadas. Con estas sondas el riesgo de infección es menor que con las sondas que precisan de un lubricante externo.

Merecen una mención especial los derivados de arándanos para prevenir las infecciones de orina. Aunque en algún momento se hayan recomendado estos productos naturales, a día de hoy no se puede demostrar su utilidad. En general, tampoco son recomendables los antibióticos como prevención de infecciones de orina. Lo que se consigue con esta práctica es aumentar las resistencias de las bacterias y hacer más difícil su tratamiento a largo plazo.

¿Cómo se tratan las infecciones de orina?

Cuando sospechéis que tenéis una infección de orina, debéis seguir las siguientes recomendaciones:

  • Acudid al médico o a urgencias del hospital para confirmar el diagnóstico. Allí seréis valorados y os solicitarán análisis de orina.
  • Bebed al menos un litro más de agua de la que bebéis normalmente. Al beber más agua la orina es más clara y se eliminan sedimento y posos.
  • Si usáis sondajes intermitentes, tendréis que sondaros más veces, hasta cada 2-3 horas, para evitar que la vejiga esté demasiado llena. Una alternativa es colocar una sonda vesical permanente durante unos días.
  • Tomad el antibiótico que os recomienden. Si la infección no es grave, es suficiente un antibiótico oral durante 7 días. Si los síntomas son más graves habrá que ingresar en el hospital y recibir tratamiento intravenoso. En estos casos, también os pueden hacer pruebas, como ecografías y radiografías para estudiar más en profundidad la infección.
Antibióticos, una jeringa y un vial

Antibióticos

¿Qué son los cálculos urinarios?

Los cálculos son acúmulos de sales minerales que acaban formando masas sólidas en el aparato urinario. Se llaman también piedras o litiasis. Pueden formarse en el riñón o en la vejiga.

En el riñón pueden alcanzar gran tamaño, con formas ramificadas. Son los llamados cálculos coraliformes, ya que recuerdan a las formaciones de coral. Estos cálculos tan grandes dañan gravemente la función de los riñones si no se tratan a tiempo. Los cálculos también pueden obstruir un uréter y provocar hidronefrosis y daño renal.

Cálculos urinarios en la vejiga, el uréter y el riñón

Cálculos en la vejiga, el uréter y el riñón

Radiografía con cálculo coraliforme en el riñón derecho (señalado con una flecha)

Cálculo coraliforme en el riñón (flecha)

Los cálculos son más frecuentes en lesionados medulares completos, tetrapléjicos, con sonda vesical permanente y en personas con reflujo vesicoureteral. Los cálculos también tienen una relación muy estrecha con las infecciones de orina. Por un lado, la presencia de cálculos favorece las infecciones de orina. A su vez, las infecciones frecuentes predisponen a la formación de cálculos.

¿Qué síntomas dan los cálculos urinarios y como se diagnostican?

En la población general, los cálculos provocan cólicos nefríticos, con mucho dolor en el costado o en la zona genital, náuseas, vómitos y sangre en la orina. En los lesionados medulares, al tener alterada la sensibilidad, los cálculos pueden dar síntomas parecidos a una infección de orina.

Debéis consultar al médico si notáis:

  • Aumento de la espasticidad.
  • Escapes de orina alrededor de la sonda vesical permanente.
  • Escapes de orina entre sondajes.
  • Orina turbia o con abundante sedimento.
  • Orina con sangre.
  • Crisis de disreflexia.

En lesionados medulares incompletos los síntomas pueden ser parecidos a los de la población general.

Los cálculos se diagnostican con radiografías, simples o con contraste y ecografías de abdomen.

¿Qué tratamiento tienen los cálculos urinarios?

Una vez diagnosticados, los cálculos se deben eliminar lo antes posible, sobre todo los renales. El tratamiento dependerá de la localización y del tamaño de los cálculos.

  • Litotricia por ondas de choque: Se aplican ondas de choque externas, que rompen los cálculos y facilitan su expulsión. Es un tratamiento muy útil para cálculos pequeños y medianos, tanto en la vejiga como en el riñón.
  • Cistoscopia o ureteroscopia: Consiste en introducir por la uretra un tubo con cámara hasta la vejiga o el uréter. De esa forma, se rompen y extraen cálculos de mayor tamaño tanto de la vejiga como del uréter.
Litotricia: las ondas de choque rompen los cálculos en fragmentos más pequeños y fáciles de expulsar.

Litotricia

  • Nefrolitotomía extracorpórea: Esta técnica introduce desde la piel un tubito con una cámara en el riñón. Así consiguen localizar, romper y extraer cálculos grandes del riñón. Si los cálculos renales son muy grandes, se puede combinar con litotricia extracorpórea.

¿Qué es el reflujo vesicoureteral?

La orina se forma en los riñones y baja por los uréteres hasta la vejiga. Cuando se tiene una vejiga neurógena, las presiones altas en la vejiga o un mal vaciado, con disinergia, pueden provocar que la orina ascienda de nuevo por los uréteres hasta los riñones, dañándolos. Es lo que se conoce como reflujo vesicoureteral. “Vesicoureteral” significa que la orina va en dirección contraria, desde la vejiga al uréter. El reflujo también puede ser una vía para que infecciones de orina lleguen hasta los riñones y los lesione.

Para prevenir el reflujo vesicoureteral hay que seguir los principios y recomendaciones que ya hemos revisado en este capítulo:

  • Evitar las presiones altas en la vejiga.
  • Tratar la disinergia y el mal vaciado de la vejiga.
  • Evitar las infecciones de orina.

Si ya os han diagnosticado un reflujo, el tratamiento inicial es asegurar el vaciado con una sonda permanente y bajar la presión vesical con anticolinérgicos. Como tratamiento de segunda línea se pueden intervenir los uréteres en su unión con la vejiga para evitar que la orina ascienda por ellos.

¿Qué es la ureterohidronefrosis?

La ureterohidronefrosis es una deformación y dilatación exagerada de los uréteres y de los riñones. Se produce cuando hay dificultades para eliminar la orina desde el riñón. Cuando la vejiga neurógena mantiene una presión alta, el riñón y los uréteres tienen que forzar su funcionamiento y se va dilatando. También se produce ureterohidronefrosis cuando un cálculo obstruye un uréter o existe reflujo vesicoureteral mantenido. Con el tiempo, los riñones cada vez filtran peor y acaban deteriorándose.

Riñon y ureter dilatado y con cicatrices por ureterohidronefrosis.

Ureterohidronefrosis

El tratamiento de la ureterohidronefrosis dependerá de la causa que lo produce. Si es un cálculo en un uréter, habrá que eliminarlo. Si el problema es una vejiga neurógena mal controlada, con presión alta y con reflujo, habrá que seguir las indicaciones del Urólogo y del equipo de Rehabilitación.

¿Qué es la disreflexia autónoma?

La disreflexia es una grave complicación que se produce en algunos lesionados medulares por encima de D6. Puede producir malestar general, dolor de cabeza intenso, lagrimeo, visión borrosa, sudoración y una tensión arterial muy alta.

La causa más frecuente de disreflexia son los problemas en el aparato urinario. Lo más habitual es una retención de orina. Otras causas pueden ser las infecciones, la disinergia vesicoesfinteriana o los cálculos urinarios.

Podéis informaros más en profundidad sobre la disreflexia autónoma en el siguiente enlace.

Mensajes importantes para recordar

    • Las complicaciones de la vejiga neurógena son el resultado de un mal funcionamiento y descontrol de la misma. Si no se evitan, acaban dañando el funcionamiento de los riñones.
    • La infección de orina es muy frecuente tras la lesión medular. Tener bacterias en la orina no significa que tengáis infección. Para tratar con antibióticos hay que tener síntomas de infección de orina.
    • Muchas infecciones de orina se pueden prevenir con una buena higiene, una sonda correcta y siguiendo una técnica de sondaje y de cuidados de la sonda adecuados.
    • Los cálculos en la orina son más frecuentes en lesionados medulares con muchas infecciones de orina y con mal vaciado de la vejiga. En el riñón pueden alcanzar gran tamaño.
    • La ureterohidronefrosis y el reflujo vesicoureteral son complicaciones graves que ponen en alto riesgo el funcionamiento del riñón.
    • Las complicaciones urinarias son la causa más frecuente de disreflexia autónoma.

Preguntas sobre complicaciones de la vejiga neurógena

A continuación tienes unas preguntas para repasar lo que has aprendido. Cada pregunta tiene solo una respuesta correcta. Al terminar, pulsa el botón de "comprobar" para saber las que has acertado. También encontrarás unos comentarios que te pueden ayudar a fijar algunas ideas.

¿Cuál de estas complicaciones de la vejiga neurógena puede  dañar a los riñones?
¿Cuál de estas recomendaciones no es adecuada para prevenir las infecciones de orina?
Indica cuál de las siguientes afirmaciones sobre la infección de orina es verdadera.
¿Cuál de los siguientes problemas urinarios pueden provocar una crisis de disreflexia?
Indica cuál de las siguientes afirmaciones es falsa: